Estimad@s amig@s y compañer@s, empezamos las actividades en el nuevo año con la figura de RAFAEL BARRET, escritor, periodista y ensayista español que desarrolló la mayor parte de su producción literaria en Paraguay, por lo que es considerado una figura destacada de la literatura paraguaya a principios del siglo xx. Es particularmente conocido por sus cuentos y sus ensayos de hondo contenido filosófico, exponente de un vitalismo que anticipa de cierta forma el existencialismo. Conocidos son también sus alegatos filosófico–políticos
Rafael Barrett (Torrelavega 1876 – Arcachon 1910) murió de tuberculosis con 34 años. En apenas 7 años de actividad literaria y periodística, acosado por la enfermedad y el destierro, logró producir una obra de calidad y vigor excepcionales. La obra de Barrett, que expresamente se declaró anarquista, conjuga el temple de la idea, la precisión del concepto, la belleza del estilo y una ironía demoledora.
El pensamiento social y político de Rafael Barrett experimenta, a lo largo de los escasos siete años en que se expresa, una clara transformación que va desde un individualismo en el que confluyen rasgos vitalistas de tipo nietzcheano, hasta un anarquismo solidario
El punto de inflexión en esa evolución se produce entre finales de 1906 y principios de 1907. A partir de esas fechas, su preocupación por los temas sociales va siendo cada vez mayor y cada vez más radical su posición crítica. Posiblemente fue el tiempo necesario para asimilar la dura realidad americana (el «dolor paraguayo») en cuyo contacto Barrett sale espiritualmente enriquecido. La exuberante y conflictiva vitalidad americana llenó, sin duda y con creces, el hueco que en él pudieron haber dejado los ambientes intelectuales europeos.
Es a partir de 1908 cuando Barrett comienza a autodefinirse como anarquista, al respecto es célebre su panfleto Mi anarquismo.
«Me basta el sentido etimológico: «ausencia de gobierno». Hay que destruir el espíritu de autoridad y el prestigio de las leyes. Eso es todo. Será la obra del libre examen. Los ignorantes se figuran que anarquía es desorden y que sin gobierno la sociedad se convertirá siempre en el caos. No conciben otro orden que el orden exteriormente impuesto por el terror de las armas. El anarquismo, tal como lo entiendo, se reduce al libre examen político. […] ¿Qué hacer? Educarnos y educar. Todo se resume en el libre examen. ¡Que nuestros niños examinen la ley y la desprecien!»Mi anarquismo. (Fuente: Wikipedia).