La explotación directa del centro cultural Daoiz y Velarde fue adjudicada en el año 2015 a Madrid Destino, empresa municipal que gestiona los espacios culturales del Ayuntamiento de Madrid. Durante un tiempo en este antiguo cuartel se han desarrollado diversas actividades vecinales. Ahora que por fin ha vuelto a abrir sus puertas, el espacio ha sido asignado a dedo al teatro Real, algo muy cuestionable ya que el proceso ni siquiera ha pasado por concurso público, como sería de rigor. Las iniciativas vecinales ya no tendrán acogida, al permitirse en el resto del edificio actividades lucrativas privadas de las que la Fundación podrá sacar buena tajada.
Los espectáculos que se pretenden representar en el nuevo espacio son los mismos que hemos desarrollado en nuestro centro durante años, no existe por parte del Real un nuevo proyecto para el Daoiz y Velarde. A la FTR le sale gratis tanto el lugar como el mantenimiento, y la factura la vamos a pagar entre toda la ciudadanía. El Real, en otro claro abuso por su parte, pretende además hacer caja precarizando las condiciones de sus trabajadoras y trabajadores, mediante su contratación directa pero al amparo de un convenio que implanta unas condiciones sensiblemente peores que las recogidas en el convenio colectivo propio.
Este establece claramente que será aplicado a todas las personas que desarrollen su actividad laboral por cuenta y dependencia de la FTR, y recoge a toda la gente integrada en los diferentes colectivos del teatro, que comprende entre otras al área de técnicas y técnicos de escenario. Desde CGT-TR hemos exigido a la Fundación que, en caso de seguir adelante con la polémica explotación del Daoiz y Velarde, contrate el personal al amparo del convenio colectivo del Real, como correspondería hacer. Nos repugna que se consientan estos desvíos de fondos públicos hacia una entidad que no necesita más favores, en detrimento de otros proyectos sociales y culturales mucho más necesitados de soporte económico y medios materiales.
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